Queremos resaltar la importancia que tiene, que las niñas y los niños aprendan a expresar sus pensamientos. Numerosos estudios sobre la infancia y la adolescencia remarcan lo positivo que es promover el debate entre ellos.
Esta educación se llama educación deliberativa.
Se ha demostrado que cuando los niños exponen sus ideas, tienen que saber organizarlas en su cabeza y para expresarlas, tienen que aprender a razonar. Para poder debatir sobre un tema, es necesario un conocimiento del mismo. Eso hace que el aprendizaje se convierta en activo y logra que los niños se impliquen con entusiasmo, porque sienten que participan en el proceso.
Este tipo de educación potencia la autoestima, ya que los niños utilizan su capacidad comunicativa y dan valor a su propia opinión, desarrollando un juicio crítico.
Un factor relevante es el respeto, aprenden a escuchar otras opiniones y comprenden que la sociedad se forma por juicios diferentes, igual de respetables.
Los investigadores y docentes explican que el mayor reto no es que hablen, sino que escuchen.
Otro dato es que se superan las barreras étnicas, sociales, económicas, porque se evita la confrontación. De lo que se trata es de entender. Tanto en el aula como en actividades extraescolares y prácticas deportivas, las niñas y los niños se exponen a nuevos retos. En la naturaleza, en vivencias en campamentos los niños se acostumbran a la cooperación y a la convivencia.
La educación deliberativa es divertida, activa y participativa; y es una de las tendencias educativas del futuro.